El Hombre TIempo

Por: Daniel Fernández

En una tarde, David se encontraba sentado en un columpio mirando a lo lejos y pensando en lo terrible que era su vida. Sus padres no lo habían deseado, fue un accidente de irresponsabilidad lo que lo había llevado a existir. Para ellos era una molestia tener que lidiar con él.

Cuando ya se asomaba la luna David decidió volver a casa, directo a su cama. Para él, esta era la única que lo esperaba. Lo acompañaba el hambre y sueño ya que sus padres lo habían castigado.

Mirando al techo, en la oscuridad, poco a poco logró vislumbraba un ser. Caminó un poco hasta tenerlo de frente.Cerca, era más alto que, brillaba, en ese lugar extraño lo tocó e intentó conversar con él

Disculpa ¿Quién eres tú y que es este lugar? -se volteó hacia un reloj antiguo con siglas romanas.

– Yo soy quien le da sentido a tu vida y este lugar es el vacío. -lo dijo con un aire de superioridad como si ya lo conociera.

Cómo le vas a dar tu sentido a mi vida si yo no te conozco. me empecé a asustar estaba con un desconocido en un lugar oscuro que no conocía.

– Mi nombre es Kairos y soy quien rige el tiempo humano. Trabajo todos los días desde que amanece hasta que se pone el sol y nunca he parado durante toda mi existencia; en mi pasado por todos tus antecedentes humanos y todos los que vendrá.

¡Yo no quiero mi tiempo! Replicó David. El tiempo es una tortura que nos asfixia y en cualquier momento nos lleva a la muerte.

– El tiempo no funciona así. El saber que nos vamos a morir es suficiente motivo para disfrutar la vida. El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace. Realiza cada acción como si fuera la última en tu vida no malgastes más tu voz argumentando acerca de lo que debe ser el tiempo y trata de aprovecharlo.

No puedo disfrutar mi tiempo me hacen la vida imposible no encuentro manera de salir y al decir esto notó que le salían lágrimas

  • – La única manera de disfrutar tu tiempo es ser feliz con los pequeños detalles. Ese abrazo que te dan sin recibir nada cambio, el dulce sabor de las frutas, el deporte que te anima. Hay mucha gente que no le queda el tiempo que tú niegas.
  • Después de esas palabras, David dejó brotar una lagrima brillante, que poco a absorbió el brillo de esa habitación, hasta abrir su vista y encontrarse en su cama nuevamente, con una sensación extraña. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, porque aquél se le hizo entender lo bueno de estar vivo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *